Economía

Xiang Zhou: “Si el gobierno chino no toma medidas radicales la disparidad seguirá aumentando”

El fracaso en la reforma educacional, especialmente en las áreas urbanas, estaría en la raíz del problema.

Por: Renato García Jiménez
 | Publicado: Lunes 12 de mayo de 2014 a las 05:00 hrs.
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Cientos de trabajadores chinos protestaron durante las últimas semanas frente a las fábricas de Yue Yuen Holding, el mayor productor mundial de calzado, que abastece a gigantes globales como Nike y Adidas. Pese a los estrictos controles del Partido Comunista, el cuadro comienza a volverse cada vez más frecuente, a medida que la mano de obra, antes abundante, empieza ahora a escasear, aumentando el poder de negociación de los trabajadores y la presión sobre los salarios.

Aunque las autoridades no publican cifras oficiales, se estima que cada año estallan alrededor de 360 conflictos laborales, es decir, cerca de uno al día.

En medio de estas negociaciones, un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan publicó un estudio según el cual, la desigualdad en China no sólo ha crecido, sino que superaría ahora a la de EEUU y sería una de las más altas a nivel mundial, una contradicción compleja de resolver para un gobierno que legitima las restricciones de las libertades públicas en nombre del bien común.

El campo y la ciudad


Para el académico y co-autor del reporte, Xiang Zhou, el crecimiento en la brecha entre ricos y pobres está relacionado con dos factores clave, la educación y la apertura económica. “Coincidiendo con el inicio de las reformas de mercado, el gobierno lanzó un plan para mejorar los niveles de educación universitaria, especialmente en las ciudades. Y en una economía de mercado, la gente con mayores niveles de educación obtiene mayores retornos por su trabajo”, explica.

El problema escaló más tarde a raíz de la brecha entre las ciudades y el campo, donde las reformas educativas han permanecido estancadas. De este modo, para un joven de un sector rural, es casi imposible obtener la educación de elite que recibe uno de la ciudad.
Aunque a partir de los años ’80, el gobierno de Deng Xiaoping inició un proceso de apertura económica, pero China sigue siendo básicamente una nación comunista, por lo que resulta hasta cierto punto sorprendente que el gobierno no utilice sus amplios poderes para atenuar los efectos negativos.

Para Xiang, las autoridades sí han reaccionado, con avances importantes en la red de seguridad social. Una de las medidas fue la expansión de la reforma educacional en 1999, poniendo especial foco en la educación básica y media, pero este proceso habría sido mal implementado.

En la raíz del problema podría estar la premisa que orientó las reformas de Deng, quien pensaba que si el gobierno permitía que un pequeño grupo se enriquecía primero, el resto se sumaría después. Básicamente, una versión de la teoría del “chorreo”. “Esta fue una visión del gobierno que se impuso desde los ‘80 y es una de las razones de por qué la desigualdad ha crecido en las últimas décadas”, explica Xiang. “Pero actualmente existen muchos estudios que apuntan a que una alta desigualdad bloquea la movilidad social de los pobres”.

Futuro incierto


El académico no tiene una visión muy optimista sobre cómo continuará esta tendencia. “Dependerá de cómo reaccione el gobierno. Si no hay un cambio radical en la política, la desigualdad seguirá expandiéndose, pero si el gobierno toma medidas más agresivas para reducir la brecha rural-urbana e invierte más en educación secundaria para dar acceso incluso a los niños de las áreas rurales, podría revertirse rápidamente”.

Pese a ello, no prevé un estallido social como el que ocurrió en las naciones árabes. “La gente en China tiene internalizada la idea de que la desigualdad se explica por la diferencia en las aptitudes personales o que es un efecto secundario inherente al desarrollo, lo que es completamente falso”, aseguró.

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